«Para mí es un honor que este acto público sea el primero que afronto como presidente de la Sección de Literatura», quiso destacar José Manuel Lucía. «Y hablando de cuentos no quiero dejar de recordar a la que también fuera presidenta de esta misma Sección, doña Emilia Pardo Bazán, nuestra gran cuentista, nuestra gran literata, nuestra gran pensadora… esa mujer que todavía sigue iluminándonos y marcándonos el camino. Para doña Emilia, el cuento no era aquella obra menor que simplemente escribía a la espera de una gran novela, sino precisamente era ese espacio en donde de alguna manera intentaba hacer comprender a los lectores de su época pero también a nosotros qué es lo que vive en el alma humana o qué es lo que en un momento dado la impulsa a realizar toda una serie de acciones. Y probablemente eso es lo que late en estos cientos de cuentos que se han presentado a este certamen, en una brevedad, además, que hace que ese afán por comprender tenga que ser el más certero posible, lo que seguro hace de su lectura una experiencia única».

Además, Lucía se congratuló de que este galardón lleve el nombre precisamente de un maestro, «de un gran maestro que hacía que la literatura fuera una parte fundamental no ya solamente de la educación sino también de la formación del ciudadano. En estos momentos en los que en nuestras escuelas e institutos no se enseña literatura y estamos viviendo procesos de reforma educativa cada vez más dolorosos, porque la literatura y la lengua española han dejado de tener una presencia central y se han convertido en algo meramente instrumental, poder recordar con este premio a Francisco González Ruiz, uno de nuestros grandes maestros, me parece esencial».

A continuación, José González Núñez pronunció la conferencia El cuento breve y la figura del maestro: «Sin temor a la equivocación puede decirse que no hay un pueblo sin relato: allí donde hay un grupo humano, existe el cuento. Seguramente, su primera manifestación surgió con el relato oral, cuando, tras la invención del fuego, nuestros ancestros pudieron reunirse al amor de la lumbre y contarse cómo había ido la caza o cómo deseaban que hubiera ocurrido. Ese mismo deseo de habitar lo cotidiano, contándolo como si se tratara de algo excepcional, se ha perpetuado a lo largo del tiempo, como también lo ha hecho la tendencia a contarnos la vida como si fuera un cuento y a experimentar la necesidad de contrastar los cuentos propios con los ajenos. Es más que posible que en nuestra epigenética de sapiens llevemos impreso el código de los cuentacuentos neandertales, pero una afirmación de este tipo antes de ser difundida debe ser consultada con Juan José Millás y Juan Luis Arsuaga».

Vocación

El nombre de Francisco González Ruiz (Turre, 1903 – 1970) sirve para nombrar a uno, y también a tantos, de los maestros que han desarrollado su vida profesional de forma silenciosa, pero apoyándose en tres sólidos pilares: la vocación, el entusiasmo y el altruismo. Durante los años cuarenta, cincuenta y sesenta del pasado siglo ejerció como maestro en distintos pueblos de Almería. Su labor docente, tan callada como eficaz, permitió reducir considerablemente la elevada tasa de abandonos de la escuela de la época; su magisterio fuera del horario escolar hizo posible que un buen número de niños pudiera realizar el bachillerato y acceder a estudios medios y superiores que, de otra manera, les hubieran resultado imposibles, y, quizás, lo más importante de todo: supo abrir la mente a sus alumnos para que alimentaran los yullanares de su inteligencia y dieran los mejores frutos.

Con el objetivo de estimular, reconocer y difundir la dedicación y el buen hacer de quienes se deciden a poner en práctica el oficio de la escritura, hoyesarte.com convocó en enero pasado, con la colaboración de Arráez Editores y de la marca de comunicación Alabra, esta tercera edición del Premio Internacional de Cuentos Breves Maestro Francisco González Ruiz, una iniciativa con la que, además, quiere rendir homenaje a la figura del maestro, cuyo papel es imprescindible en la iniciación a la lectura, antesala de la escritura, en las edades más tempranas de la vida.

El pasado 10 de octubre, a la luz de las valoraciones de su comité de lectura y de los miembros invitados del jurado, se acordó conceder el primer premio, dotado con 3.000 euros, a Piedras, presentado por José Payá Beltrán (Biar, Alicante, 1970). Como premio finalista, dotado con 1.000 euros, se eligió el cuento El malro aquel de Disco Gabana, obra de Francisco López Serrano (Épila, Zaragoza, 1960).

Por otra parte se decidió conceder los dos accésits a Irse bien, presentado por Franco Emiliano Marín Ortiz, argentino residente en Manresa, y a Perros verdes, presentado por Ana Santos Santos (Segovia, 1958).

En total han concursado en esta edición 1.228 autores de 36 países que han presentado 1.511 relatos. En las tres ediciones ya celebradas han participado 3.643 autores que han presentado 4.705 relatos.

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La voz de los expertos

De los cuentos recibidos, el Comité de Lectura, constituido por 10 profesionales del ámbito literario, docente y editorial, seleccionó en la primera fase del certamen 50 cuentos, los cuales se fueron publicando en nuestro diario desde enero pasado. De entre ellos, el jurado eligió los cuatro relatos ganadores.

Comité de Lectura

Mª Luisa Alarcón Collado. Filóloga, con una amplia experiencia docente. Jefa de Estudios y coordinadora académica de los centros del Instituto Cervantes en Londres, Casablanca y Berlín.

Francisco Baraza Martínez. Profesor y pedagogo. Director del CEIP Bartolomé Flores (Mojácar, Almería).

José Miguel Colldefors Martínez. Abogado. Coordinador del Ciclo de literatura Con otra mirada. Literatura y enfermedad (Fundación Ciencias de la Salud). Colaborador de hoyesarte.com.

Mª Luisa Duque Fernández del Rivero. Médica de formación, traductora y exdirectora editorial del Grupo Doyma.

José González Núñez. Doctor en Farmacia. Editor y autor especializado en divulgación científica, literatura de viajes y relatos breves. Colaborador de hoyesarte.com.

Carlos Fernández-Villaverde. Licenciado en Humanidades y Periodismo, socio director de la marca de comunicación Alabra. En 2023 verá publicada su primera novela.

Ana Ola González Orero. Licenciada en Filología Hispánica y Teoría de la Literatura. Especialista en Estudios Hispánicos. Profesora de Literatura del IES Miguel de Cervantes (Madrid).

Javier López Iglesias. Doctor en Periodismo y Filosofía, poeta y narrador. Periodista de una larga trayectoria profesional, es director adjunto de hoyesarte.com.

Mª Carmen Morales Carmona. Filóloga. Profesora de Literatura y exdirectora del IES El Palmeral (Vera, Almería). Actriz y directora escénica.

Ana Orero González. Médica de familia, recomienda la lectura como uno de los hábitos de vida más saludables.

Jurado invitado

Virginia Fernández Collado. Profesora de Educación Secundaria. Poeta y narradora. Miembro del Instituto de Estudios Almerienses (IEA).

Marta Navarro Ros. Novelista. Ha sido la finalista más joven en la historia del Premio Planeta (edición 2020) por su obra Desde dentro. Estudia Comunicación Audiovisual y Filosofía.

Fernando Rodríguez Lafuente. Catedrático de Literatura, crítico literario y cinematográfico. Exdirector del Instituto Cervantes. Director de Revista de Occidente.

Pedro Felipe Sánchez Granados. Catedrático de Literatura y exdirector del IES José Ibáñez Martín (Lorca, Murcia). Escritor y colaborador del periódico La Verdad.

Yolanda Virseda Díaz. Profesora de Lengua y Literatura. Nunca ha dejado de “trabajar con las palabras”, bien desde la literatura, el periodismo o la actividad docente. Autora de Antígona, relato merecedor de uno de los dos accésits de la anterior edición del Premio.

Virtuoso de la guitarra

El acto concluyó con un concierto acústico del guitarrista flamenco Jerónimo Maya (Madrid, 1977). Descendiente directo del legendario Ramón Montoya e hijo del también guitarrista Felipe Maya, comenzó su carrera a los cinco años, cuando su padre le regaló su primer instrumento de seis cuerdas, y enseguida empezó a ser reconocido como un niño prodigio por la comunidad flamenca. A los siete años ofreció su primer concierto en Madrid, a los 10 años ya había actuado en el Carnegie Hall de Nueva York y, tres años después, abrió la Bienal de Flamenco de Sevilla; a los 14 años ya era un tocaor reputado. Su extraordinario toque, impregnado de una fuerte personalidad, sus complejas armonías y su singular concepción musical le han convertido en un auténtico adelantado a su tiempo.