Sus conciertos, de dos horas, impactan a los asistentes combinando una música envolvente y a veces hipnótica con un juego de luces y visuales jamás antes visto. En el concierto de Madrid, todas las misivas y palabras se proyectaron en español para que el público pudiese entender bien el mensaje. Transcurrió del siguiente modo.

Baile de cifras

Los miembros de la banda salen a escena: dos baterías, teclados y sintetizadores, bajo y guitarra. Robert Del Naja es el líder, él pone la voz y también controla teclados y otros aparatos. Comienza a sonar United Snakes. El título lo dice todo. La batería es la espina dorsal del tema, la línea de bajo, voluptuosa, da pie al resto de sonidos, mientras la voz hechiza a los presentes. En las pantallas que hay detrás de la banda, pueden leerse todo tipo de nombres de drogas. Se suceden constantemente palabras como cocaína, LSD, anfetamina, peyote y muchas otras sustancias. De repente la palabra ‘petróleo’ se cuela en la lista, también la palabra ‘televisión’.

Cuando termina la canción, sale a escena la cantante Martina Topley-Bird. Interpreta Babel, del nuevo disco Heligoland. Su voz deleita a los asistentes. Esta vez, los visuales  proyectan lo que parece ser una conversación militar de un pelotón de asalto antes de actuar. Se intuye una situación tensa. Seguidamente sale a escena Daddy G, el otro líder de la banda. Su figura, alta y corpulenta y su pelo afro conjugan perfectamente con la puesta en escena. Hacen el primer asalto a su disco más popular (Mezzanine), y suena Risingson. El misterio y las voces sugerentes se apoderan del espacio.

El siguiente en salir a escena es el rastafari Horace Andy. Suena la veloz Girl I love you. El bajo es tan constante como vertiginoso, y la voz del jamaicano bonita y con un halo de desesperación a la vez. En este caso, las proyecciones sueltan datos; Renta per cápita de distintos países, consumo medio de agua, metros cuadrados por habitantes en Palestina e Israel, sueldos medios, barriles de crudo, billones de beneficios de empresas petrolíferas versus costes de alimentación de países desfavorecidos. El baile de cifras es revelador. La canción termina, ahí queda eso.

Grandes éxitos

Martina vuelve a escena e interpreta Psyche. Pop orgánico acompañado por una tenue iluminación y flasheados. Después le toca el turno a Future Proof, única elección de su disco 100th Window. Ceros y unos en las pantallas, códigos binarios que llueven como en Matrix. La canción suena más potente que en la grabación oficial, la mejoran si cabe.

El siguiente tema se llama Invade me y es inédito. Compuesto conjuntamente con Martina, quien se queda en el escenario para interpretar el que posiblemente es el tema más conocido de la banda. Teardrop hace las delicias de los asistentes, la gente corea y disfruta. Gran momento.

Martina se marcha y entra de nuevo Daddy G. Le toca el turno a Mezzanine. Vuelve a sonar lo oscuro, lo desconocido, lo temido. Las pantallas lanzan consignas como ‘luces apagadas’, ‘chorro de agua’, ‘música alta’, ‘de rodillas’, ‘cicatrices’, ‘miedo’,  ‘sus botas en mi espalda’. Los métodos de tortura pueden ser muchos. Horace Andy se une a la fiesta de nuevo y suena Angel, con una de las líneas de bajo más perfectas de los últimos tiempos. La guitarra distorsionada acompaña la melodía y la canción trae el éxtasis a los asistentes.

Otra cantante, Deborah Miller, les acompaña en la gira. Vuelven a las raíces, y con ello traen el soul de su primer disco Blue Lines. ‘Puedes liberar mi mundo y mi mente’, dice el estribillo. La temática de Safe from harm da pie a las proyecciones: frases de Sartre, Orwell, Tocqueville, Kennedy o Rosa Luxemburgo se suceden una tras otra. Pero de repente algo no marcha bien, se mezclan algunas afirmaciones un tanto absolutistas; estas las firman Stalin, Pinochet y dirigentes nazis. El show continúa.

Telenoticias de la noche

La última canción antes del bis, es Inertia Creeps. La música vuelve a oscurecerse, la cosa se pone seria. Es uno de los momentos álgidos. El telediario comienza; la ficción se mezcla con lo real, lo absurdo con lo cuerdo, la mentira y el engaño con la verdad. Los titulares rezan: ‘David Beckham sufre un intento de asesinato’, ‘Ashton Kutcher y Demi Moore desmienten crisis’, ‘Paris Hilton protagonizará un reality’, ‘Lady Gaga pierde a su abuelo paterno’, ‘Tiziano Ferro es gay’.

Sin embargo, la noticia del día es que ‘Belén Esteban no va a volver con Fran’. El auditorio enloquece y no puede creer lo que ve. Las noticias siguen, y en clara alusión a la reciente catástrofe en el Danubio, un titular falso dice que ‘los hijos de Brangelina se trasladan a Hungría’.

‘Comentar es gratis’, ‘dinos qué piensas’, ‘cada voto cuenta’, ‘tu llamada es importante’. Massive Attack cuestionan las estrategias corporativas para hacer creer a los clientes que son importantes y que son partícipes de las decisiones que toman. Seguidamente informan del máximo período de detención sin cargos que pueden hacer distintos países, la palma se la llevan Reino Unido con 42 días y Estados Unidos, indefinido.

Los titulares dan un giro, ahora hay referencias a la supuesta conexión entre ETA y las FARC, a la Ley Sinde, la videovigilancia en casas privadas del Reino Unido, el coste de la visita del Papa a Barcelona, el recorte de libertades globales, y un claro mensaje para terminar: ‘Los inocentes no han de tener miedo’.

Beyond Petroleum

Después del descanso salen de nuevo a escena. Daddy G y Horace Andy también, esto sólo puede significar que Splitting the atom va a sonar. Así sucede. Los focos se dirigen desde detrás del escenario hacia el público y se mueven a cada golpe de caja. La estampa está calculada para impactar en la retina. Deborah vuelve a salir para interpretar Unfinished Sympathy otro bombazo soul del Blue Lines que suena fenomenal y en la que Deborah demuestra sus dotes como cantante.

El turno de Atlas Air es el siguiente. Los teclados compuestos por Damon Albarn no auguran nada bueno. Una canción que parece que hable de ir en avión y que sin embargo es un alegato contra la sumisión y el control globalizado. Las pantallas presentan el planeta tierra dando vueltas sobre su propio eje mientras unas líneas verdes conectan diversos puntos del globo. A la derecha de todo ello se muestra información de vuelos comerciales. Conexiones a las que estamos habituados a ver en cualquier aeropuerto. Sin embargo, poco a poco empezamos a ver destinos poco habituales; Kabul, Kandahar, Islamabad, Guantánamo… La información de vuelos militares, de traslado de prisioneros de guerra aparece ahora en pantalla.

La música se va encrudeciendo y la letra es cada vez más explicita, ‘tres mil días en un agujero, una alma enterrada’. Entonces las pantallas proyectan banderas de países, una tras otra a gran velocidad, y de repente entre algunas de ellas se cuelan los logos y nombres de grandes empresas multinacionales. Corporaciones de todo tipo; informática, banca, alimentación, medicina, telefonía, redes sociales… Al final no hay banderas, sólo empresas.

¿Pertenecemos entonces a nuestros países o a las empresas para las que trabajamos? ¿A quién les tenemos mayor lealtad? ¿Quién tiene mayor poder sobre nosotros? Finalmente se puede leer el lema ‘beyond petroleum’ con el logo de BP.

El espectacular concierto termina con Karmacoma del Protection, todo queda en el barrio, en Bristol. Un paseo virtual por el distrito de St. Pauls: grafitis de Banksy, locales de kebab, yonkis, punks, somalíes y jamaicanos trapicheando, ingleses borrachos y un denso olor a marihuana.