Black Consciousness

Tarrus Riley se ha forjado un nombre de peso en la escena desde que empezó a cantar con trece años. El modo de hacerse un hueco en Jamaica -donde ser músico y cantante es tan habitual como que haga calor- es a través de participar en álbumes de riddims. Esto consiste en que a varios cantantes se les ofrece la misma base musical, para que ellos compongan letra y pongan voz a lo que serán canciones dispares pero con una misma música. Esto da mucho juego a los dj’s que pinchan en las fiestas, y es la forma más popular de consumir y escuchar música en Jamaica, dejando en segundo plano la compra de discos de artistas.

Pero cuando un artista jamaicano quiere dar un paso más en el mundo de la música, tiene que grabar un disco de cara al mercado internacional. Esto le abrirá puertas para ir de gira por varios países, y para darse a conocer en otros lugares donde la cultura de los riddims no tiene tanta pegada como en la isla caribeña.

Tarrus Riley es un artista que pertenece a la generación dancehall pero que tiene muy presente el reggae roots, que se caracterizaba por un mensaje social muy fuerte en sus letras. De modo que decidió crear el colectivo Black Soil –nombre que también recibe su banda de directos. Black Soil pretende ser una plataforma para autogestionar la música pero también para desempeñar una labor en el plano social y espiritual para las comunidades más necesitadas de Jamaica.

Maestro de ceremonias Dean Fraser

A pesar de que era una fría noche, el público llenaba la sala. Salieron los primeros músicos al escenario con la tarea de calentar el ambiente. Dean Fraser, veterano saxofonista de la escena reggae, que ha trabajado con bandas como Steel Pulse o Rita Marley, se encargó de hacer de maestro de ceremonias en la velada.

Posiblemente no fuera casual el hecho de que comenzasen el concierto interpretando el Armaggideon Time de Willie Williams, lanzando así un claro mensaje de apoyo a sus vecinos Haitianos.

Después de algún clásico más, presentaron a dos cantantes que acompañan a la banda durante la gira: Duane Stephenson y I-Octane. Dos jóvenes con muy buenas maneras que hicieron un buen trabajo, pues animaron al público y dejaron el terreno perfecto para que el hombre al que todos habían ido a ver saliese a darlo todo.

Torbellino Tarrus

Salió a escena con muy buena actitud, intentando empaparse del calor y de las vibraciones del público. Tarrus es un cantante versátil, que combina las habilidades de los cantantes clásicos de reggae y la rabia del joven artista de dancehall. Sus discos son una mezcla de esas dos influencias de las que él es un interesante resultado.

Vino a presentar su último disco, Contagious, un trabajo muy cuidado y con una excelente producción. Sonaron los temas más conocidos, como la canción que da título al disco (inspirada en un clásico de Bob Marley), Good girl gone bad (el público enloqueció), la sensacional versión de Michael Jackson Human nature hecha reagge, u otros antiguos temas con un mensaje social importante como Beware.

Supo jugar con el público y demostró que tiene una voz con muchos registros. A veces frenético, otras calmado, feliz, triste o serio, en todo momento derrochó buen hacer frente al micrófono y dirigiendo a la banda. Además, mandó un mensaje positivista pero de actitud crítica a su vez, que conectó con los asistentes al show.

Reggae Shack Productions

La velada de reggae estuvo organizada por el colectivo www.reggaeshack.org, que lleva trabajando en el género desde hace más de 15 años. Desde siempre, Reggae Shack Productions se ha encargado de traer a la península a los mejores grupos reggae del planeta.

Siempre atentos al panorama incipiente, han apostado tanto por nuevos artistas como por otros más consolidados. Así, han pasado por ciudades como Madrid y Barcelona artistas de la talla de Abyssinians, Black Uhuru, Aswad, Junior Murvin o The Skatalites.

En su página web anuncian que próximamente llegarán artistas de la talla de Max Romeo o Toots & The Maytals, habrá que estar atento.