Al principio, cuando Matisyahu se hizo popular, a todo el mundo se le hacía raro ver a un judío vestido de rabino cantando reggae, rapeando y haciendo beatbox. Pero con el tiempo, Matisyahu se ha ganado a pulso estar donde está y también el favor de la crítica. A pesar de existir un sentimiento consensuado de antisemitismo en el círculo de la música negra a la que pertenece, Matisyahu ha abierto más mentes respecto al Judaísmo con su música que cualquier libro, artículo periodístico o acto religioso. La fórmula es sencilla; primero su música te entra por los oídos y luego te paras a escuchar qué dice ese rabino-rasta.

Su mensaje es universal; lucha por la paz y la justicia. Luego ya vienen los matices: puedes ser católico, rastafari o judío, pero el mensaje principal es el mismo. Y además suena bien. ¿Por qué no darle una oportunidad? Abramos nuestra mente e intentemos no asociar el Judaísmo a las masacres en Palestina, ni a los rabinos poderosos que mueven el mundo. Es difícil, pero intentémoslo.

Evolucionar es de sabios

Las trece canciones que componen Light son una consecución natural artística, una progresión que sigue una línea ascendente en su carrera. En este nuevo disco presenta un mensaje más sofisticado pero siempre acorde con sus creencias religiosas y, sobre todo, una evolución musical muy interesante, acorde con las nuevas tendencias pero sin sonar forzado.

Desde el principio, con Smash Lies, utiliza el efecto de voz vocoder, que tanta pegada revival está teniendo últimamente. Pero también los ritmos acelerados casi breakbeat, cercanos al dubstep al mismo tiempo. Y él rapea fuerte, canta casi enfadado. Igualmente lo hace en el estribillo de We will walk’, una canción que comienza caminando lentamente y en la que termina haciendo un sprint, tomándose sus descansos: pura metáfora de la vida y del mensaje que transmite.

One Day es el single del disco, una canción de esperanza con visión de futuro. Con una cadencia más pausada que las dos anteriores. Recuerda y emula a Bob Marley en los coros cantados con sentimiento. Es, sin duda, uno de los momentos álgidos del disco.

Jamaica vista desde el prisma judío

El reggae y el dub de la banda Dub Trio (encargados de la grabación del disco y de los directos de Matisyahu) mezclados con la electrónica son una de las novedosas apuestas que encontramos en Light. Sin embargo, en So High So Low y en I will be light vuelve a los ritmos básicos del reggae roots y también brinda un cante mucho más clásico.

For you y On nature son otras dos muy buenas canciones, con ritmos y estribillos pegadizos, donde Matisyahu demuestra su capacidad creativa. En la segunda de ellas se hace acompañar de un coro de niños creando una pieza ecologista que conecta la inocencia de la infancia con la madre naturaleza; la misión es defender al débil.

Motivate es un dancehall casi latino que recuerda a Damian Marley y a Cypress Hill en el modo de entonar. Darkness into light nos trae a Matisyahu de vuelta rapeando y haciendo beatbox, una técnica a la que le sacó mucho más provecho en su anterior álbum Youth. Sin embargo, en este Light ha dejado el beatbox en un segundo o tercer plano en beneficio de los ritmos programados.

El disco concluye con Silence, un tema cantado en hebreo y en inglés. Un canto suave y religioso, donde Matisyahu expone sus dudas existenciales más sinceras a pesar de su ciega fe en el judaísmo.

Light es sin duda un gran disco que marca la diferencia en el mercado actual. Lleno de vitalidad y personalidad, es un disco que merece atención y tiempo, pues gana después de cada escucha. Matisyahu, por ser quién es, destaca por actuar en consecuencia con lo que cree y no doblegarse ante lo establecido. Por decidir estar en el medio y representar una corriente religiosa y social tan complicada.